Casting para Katherine Pierce

Mystic Falls, dichosa ciudad. Me traía tantos recuerdos... los hermanos Salvatore y todo lo demás, pero yo tenía algo que hacer antes de pensar en cualquier otra cosa, tenía que entregarla, la réplica de Petrova tenía que ser etregada a Klaus y yo tenía una deuda con él que debía pagar si quería seguir con vida, iba a entregarle a Elena. Ese había sido mi propósito desde un principio y pensaba cumplirlo, de hecho, ya había hecho muchos avances, tenía a Bonnie de mi parte. Digamos que no porque quisiera, simplemente no podía impedirlo, ese es el problema de la inferioridad de una bruja frente a una vampira. Asique no iba a desaprovechar la ocasión, para nada.

Cogí mi coche al fin, dispuesta a seguir con mi plan. Conduje a toda velocidad, atravesando el pequeño pueblo de una punta a otra, hasta llegar al instituto. Las clases estaban a punto de empezar y todo estaba atestado de estudiantes, humanos. -Ey Elena, ¿Que tal?-escuché detrás de mi. Ignoré completamente el comentario, mientras mi vista seguía pendiente de la entrada. Pero entonces me di cuenta y giré a mirar a la humanita que detrás mía, una de esas animadoras, parecida a Forbes. Le dediqué una sonrisa, con algo de malicia en el fondo, aunque algo imperciptible para un humano. - ¡Hola! Muy bien gracias... Por cierto tengo que traer una cosa que he dejado en mi coche, ¿te importaría ayudarme?-pregunté aun con una sonrisa en mi cara. La chica por supuesto, aceptó encantada y me siguió de camino al "coche".

Cuando estuvimos lo suficientemente lejos, sin ninguno de sus amiguitos rondandonos me frené en seco. La chica me miró extrañada y le dirigí de nuevo una mirada, diferente a la interior, esta vez sedienta... de sangre. Vi como la chica empezaba a perder los nervios y como sus pulsaciones iba aumentando conforme mis ojos se inyectaban en sangre cada vez mas. La animadora empezó a correr y yo simplemente sonreí, dándole ventaja y justo en el momento que volteó a mirarme, yo ya había desaparecido o mas bien, estaba justo delante de ella. Iba a seguir corriendo cuando chocó contra mi-¿Que te pasa? Soy yo... Elena-dije irónica soltando una carcajada, justo antes de tirarme a su cuello para beberme hasta la última gota de sagre de su cuerpo.